Durante muchos años el pueblo Fulani estuvo movilizándose constantemente en busca de prados para sus rebaños de ganado, ya que el feroz avance del desierto del Sahel y el Sáhara, ha dejado prácticamente inhabitable muchas zonas de los países que rodean ambos desiertos.
Sin embargo y en la actualidad, el panorama ha cambiado considerablemente debido a un proyecto que se puso en marcha en 2007. Once países africanos en un proyecto lanzado por la Unión Africana, quieren construir una muralla verde de 7.700 km de largo y 15 km de ancho entre Senegal y Yibuti, con el objetivo de parar el avance del Sáhara hacia el sur.
Un proyecto colosal que quiere implicar a once países africanos, Burkina Faso, Yibuti, Eritrea, Etiopía, Malí, Mauritania, Níger, Nigeria, Senegal, Sudán y Chad. El presupuesto es de 3.700 millones de euros, los cuales se comprometieron en la Cumbre del Clima de París de 2015. Los fondos serán aportados mayoritariamente por el Banco Mundial, el Banco Africano de Desarrollo, la Unión Europea, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y entidades privadas como la International Conservation Caucus Foundation.
Proyecto “La Gran Muralla Verde”
La Gran Muralla Verde es el nombre de un plan para frenar la desertificación ambiental provocada por los cambios climáticos, así como también sirve para reducir la tasa de hambre que existe en más de 14 países implicados en el proyecto.
La gran muralla verde tiene como objetivo plantar una gran barrera de árboles a lo largo de 7.700 kilómetros de largo desde las fronteras de Senegal y Yibuti y de más de 15 kilómetros de ancho.
Con esta idea se pretende detener el avance de los desiertos antes mencionados, que han ido aumentando en los últimos años debido a que los feroces cambios climáticos han dejado varias zonas estériles.
Uno de los pueblos que más necesita de este proyecto son los Fulani, estos son considerados el pueblo nómada más grande del mundo debido a que tenían que movilizarse constantemente.
Según varios de sus pobladores tenían que recorrer todos los años grandes distancias acompañados de sus mujeres, hijos y su única fuente de alimento, su ganado.